EL TÚNEL DE EUPALINO: BUSCANDO UNA ORIENTACIÓN

Túnel de Eupalino en Samos
Túnel de Eupalino en Samos

La arquitectura comienza donde termina la ingeniería.  Walter Gropius.

El tirano Polícrates (siglo VI a.  C.) encargó  al ingeniero Eupalino de Megara las obras de abastecimiento de agua a la ciudad de Samos desde las fuentes del monte Kastro. El trabajo suponía salvar una distancia de total de unos dos kilómetros y medio de los que  1036 m eran túnel.   La construcción del túnel fue  una obra de ingeniería asombrosa, tanto por la precisión de su ejecusión  como por la limitación de medios técnicos de que se disponía en aquellos tiempos.

El historiador y geógrafo Heródoto (484- 425 a. C.),  que vivió en Samos, en el apartado titulado Acontecimientos de Samos en el  Libro III de su Historia describió con admiración el proceso de  construcción  del túnel (que lo había excavado en la roca empezando a horadar la montaña por los dos extremos) y la  importancia que tuvo para convertir a Samos en el estado marítimo más poderoso del mar Egeo, ya que por su magnífico abastecimiento de agua admitía más población y disponía de más recursos.

Había habido grandes arquitectos en Egipto que construyeron las Pirámides y grandes templos y arquitectos famosos anteriores como Amenhotep, Hijo de Hapu (s. XIV a. C.), que sería deificado en el periodo Ptolemaico (siglos IV al I a. C.).  También se había construido en Jerusalén  el Túnel de Ezequias, excavando desde los dos lados, pero los constructores no siguieron un método riguroso y lo que dio lugar a muchos errores y rectificaciones que se observan en las variaciones de la dirección del túnel. Pero el túnel de Eupalino sorprende por la precisión se su trazado ya que las dos brigadas de esclavos que excavaron el túnel se encontraron en medio con un pequeño margen de error.

Para construir el túnel excavando desde ambos extremos Eupalino empleó  un método de orientación geométrico que permitía el encuentro en el punto medio del túnel.  Midió la  longitud del túnel  y determinó su orientación. Además, supo corregir las desviaciones de ejecución logrando el encuentro dentro del túnel con una desviación lateral de 6 m y otra vertical de poco más de medio metro.  Fueron necesarios más de diez años de trabajo para excavar el túnel y construir el acueducto.

Una vez determinados el punto A de la montaña, donde desembocaba la recogida de aguas de las fuentes del monte Kastro y el punto B, al otro lado del monte, como desde un punto de ellos no se podía ver el otro había que inventar un sistema que permitiera conocer, en todo momento, la dirección AB estando dentro del túnel. El problema lo resolvió trazando con precisión ángulos rectos siguiendo el siguiente proceso:

Figura 1: Perforación del Túnel de Eupalino del monte Kastro de Samos desde A hasta B

1.- Tomar, desde la boca A del túnel una distancia AD en una dirección cualquiera (que llamaremos Oeste),

2.- Desde D, en dirección Norte avanzar una distancia DE que nos aleje de la montaña.

3.- Luego, en dirección Este una distancia EF

4.- Después desde F una distancia FG hacia el Sur, siendo G el punto que  FGB es un ángulo recto.

Con estas medidas Eupalino determinó un triángulo rectángulo cuya hipotenusa es el segmento rectilíneo AB del túnel. Un cateto medirá la diferencia entre las distancias que se hayan recorrido  hacia el Norte y hacia el Sur (en este caso DE – FG) y el otro cateto será  la diferencia entre las que haya avanzado hacia el Este y hacia el Oeste  (en este caso EF- AD- GB) con los cual podría señalar en cada extremo del túnel la dirección de debía seguir como se indica en la figura 1.

El túnel prácticamente no tiene desnivel,  los puntos de entrada y salida están a unos 55 metros sobre el nivel del mar. Por lo que, seguramente calcularía los desniveles de las estaciones topográficas con el esquema siguiente:

Aunque realizó los cálculos con una precisión admirable para ajustar lo mejor posible el encuentro de ambas excavaciones Eupalino  calculó primero el posible punto de encuentro de ambas excavaciones, ordenando a los trabajadores  que llegados a él modificasen la dirección de ambos túneles, uno a la izquierda y el otro a la derecha (siguiendo la dirección de avance, en el plano los dos hacia la misma dirección). De ese modo, aun cuando fuesen paralelos y estuviesen a cierta distancia, siempre terminarían convergiendo en un punto. El túnel Norte mantuvo su suelo horizontal, mientras que el techo iba incrementando progresivamente su altura. En el túnel Sur hizo lo contrario, mantuvo la línea del techo horizontal mientras que el nivel del suelo descendía progresivamente. De ese modo ambos túneles iban aumentando su altura hasta el encuentro previsto.

 

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