La inteligencia artificial aparece en la actualidad a nuestro alrededor en las más variadas actividades de nuestra vida cotidiana. En el siglo XX no solamente han aparecido sistemas de grabación de textos que permiten rectificar su contenido e impresoras que escriben el texto en cuestión de minutos, cosas que maravillarían a Don Benito Pérez Galdós (1853-1920), han surgido también otros dispositivos que podemos identificar de forma general como un programas o aplicaciones informáticas (Microsoft Word, Hojas de Cálculo, Adobe Photoshop, Auto CAD, PDF tool, etc) y otros periféricos de ordenador como escáneres, webcams, ratones, micrófonos, etc.
Pero estos logros se encuentran en un nivel evolutivo inferior al de los objetos inteligentes. Los objetos inteligentes poseen sensores, que son receptores de información, y emisores, capaces de comunicarse con un ordenador, con una tableta o un smartphone sin necesidad de que el ser humano, les indique (directamente) el momento de ponerse en marcha.
Actualmente hablamos de casas inteligentes en las que se controla la calefacción, se detecta la emisión de humos para prevenir y atajar posibles incendios y muchas de estas casas poseen dispositivos que permiten conocer desde un smartphone, en tiempo real, lo que sucede en las inmediaciones o en el interior de la vivienda. También hay instrumentos inteligentes dedicados a controlar nuestra salud, que nos avisan de la toma de una medicación, o siguen al momento, la evolución del ritmo cardíaco, de la presión arterial, de la temperatura corporal e incluso del nivel de glucosa en sangre.
Todo esto, que es verdaderamente importante y que podríamos considerar una nueva revolución industrial, llega a nuestro día a día, pero es la punta del iceberg de las consecuciones y de las aspiraciones de la inteligencia artificial. La constante aparición de objetos dotados de sensores con capacidad de procesar la información adquirida, dotados de gran autonomía y con mayor conectividad entre ellos está cambiando nuestra relación con el medio que nos rodea.
Existen una gran cantidad de ejemplos de objetos inteligentes que usamos todos los días, y, seguramente, no nos damos cuenta que nos están facilitando nuestra vida cotidiana, Los smartphone, los smart TV amplifican las funciones básicas y convierten cada aparato y en artilugios que nos permiten comunicarnos, acceder a información, y disponer de juegos son, en suma, sistemas de entretenimiento integral. También hay objetos inteligentes que cuyo programa está diseñado para interpretar nuestra voz y lenguaje para convertirla en una acción determinada con es, por ejemplo controlar el encendido y apagado de luces, comunicarse con el asistente personal como con Cortana o Siri.
Ese software es, en definitiva, un agente inteligente. Esta es la parte de la Inteligencia Artificial práctica, cuyas investigaciones, inventos y aplicaciones pretenden hacer más fácil la vida de las personas, por lo que dichos objetos inteligentes se crean para que puedan realizar tareas mecánicas y repetitivas, con lo cual alivian el trabajo diario y realizan esas acciones con mayor eficiencia.
Estos objetos inteligentes “aliviatareas” forman parte de los que se conoce como Inteligencia artificial estrecha (AI Narrow) y se refiere a desarrollos cuyo enfoque está limitado a objetos inteligentes programados para realizar una tarea específica y resolver problemas relacionados con esa tarea. Desde el comienzo del siglo, los nuevos desarrollos en informática y tecnología se han dedicado a aplicar la AI Narrow ha conseguido mejorar y crear lo han logrado con la creación de hardware y software que forman parte de nuestra vida cotidiana.
La AI utiliza el sistema Machine Learning, que realiza su tarea a través de la organización automática de toda nuestra información de usuario que permite aprender a los objetos inteligentes y comprender mejor nuestras preferencias, sobre lo que aceptamos, sobre lo que le preguntamos o lo que le pedimos. Utilizando Machine Learning aparecen los objetos inteligentes el Gmail que selecciona entre los emails entrantes a nuestras cuentas de correo los que entran en la bandeja de entrada y los que no, porque los considera spam. También utilizan Machine Learning los programas de Asistente personal, como, por ejemplo Cortana, Siri, Alexa, Google Assistant.
El Traductor de Google, que está ampliamente conectado y podemos utilizarlo en casi todas las aplicaciones de Google permite traducir en línea textos y audios en diferentes idiomas es otra de las herramientas del mundo de la inteligencia artificial que se utilza con mucha frecuencia. Traductor de Google para traducir realiza un análisis estadístico de patrones que aparecen entre multitud de documentos previamente traducidos. Supera la traducción meramente sintáctica y entra en terreno de la semántica y consigue traducciones entre fuentes diferentes con bastante precisión,
Google Map utiliza complejos algoritmos para ofrecernos la ruta más conveniente en y los medios de trasporte en un viaje para llegar a nuestro destino. Utiliza el sistema Machine Learning y Deep Learning, con lo que logra ampliar constantemente sus datos y mejorar día a día con los patrones obtenidos.
A título de ejemplo final la toma de fotografías con smartphone y tabletas hacen cada vez mejores fotografías gracias a las tecnologías incorporadas en los dispositivos, pero, además, la inteligencia artificial permite una gestión óptima de las fotografías. Gracias al almacenamiento de las fotos en la nube, se pueden determinar las personas que aparecen en las fotos y ordenarlas en función de la temática. Pero no sólo eso, cuando buscamos una imagen determinada con el buscador web Google, el sistema inteligente busca en la red las imágenes parecidas a la que estamos buscando y, además, en Google tenemos la posibilidad subiendo una fotografía el sistema busca en la red imágenes iguales o similares.
Hay otra línea de investigación en la Inteligencia Artificial, que se conoce como IA fuerte (Strong) o AI general orientada a crear agentes inteligentes que puedan, con inteligencia igual o superior a la inteligencia humana, participar en la resolución de problemas, que posean habilidades cognitivas, que tengan conciencia de sí mismas con la capacidad de resolver problemas, aprender y planificar el futuro. Pero eso es un largo recorrido.