LA IMPRENTA Y LA DÉCADA MARAVILLOSA DE LA CIENCIA EN EL SIGLO XVI

A mediados del siglo XV Johannes Gutenberg (1400-1468), inventó la imprenta de tipos móviles (de metal) en Europa. Con la primera máquina que utilizó, Gutenberg imprimió en 1450 el Misal de Constanza. Poco tiempo después, con una nueva máquina imprimió la conocida como  Biblia de Gutenberg, que vio la luz a principios de 1455 con una tirada de 180 copias. Aunque poco antes que la Biblia , imprimió una gramática latina de Aelius Donatus  (fl. S.IV) titulada Ars Minor (1452).

Parece natural pensar que los primeros libros impresos fueran los más importantes o más relevantes para el desarrollo de la vida cotidiana, para la religión o para las ciencias. Los libros de religión estaban presentes en los Misales y la Biblia. El Ars Minor, de Donatus fue un libro importante en su momento por ser el latín la lengua vehicular medinte la que se transmitían la filosofía, la ciencia y la cultura. El latín era el lenguaje de las Universidades y jugó este papel importantísimo en la difusión científica hasta el siglo XIX, como lo prueban los Principia (1687) de Newton, la Teoria motus corpurum solidorum o regidorum (1760) de Euler o Disquisitiones Arithmeticae (1801) de Gauss.

Los primeros libros salidos de la imprenta que trataban de ciencias, se ocuparon de temas que tenían mayor interés y fueron la Astronomía y Aritmética.

La Theoricae nova planetarum (1472) de G. von Peurbach (1423-1468), fue el primer libro de ciencia impreso y representa un ejemplo claro de la conjunción de esta doble tendencia mayoritaria: la Astronomía para calcular efemérides y horóscopos y la Aritmética con las con cifras indo-arábigas que utilizaban los artesanos y comerciantes. Peurbach fue un gran astrónomo y matemático, defensor y difusor del sistema de numeración indo-arábigo, que había sido introducido en occidente por L. Fibonnacci (1170-1249). Una prueba de la renovación que representaba la obra de Peurbach fue que había elaborado de unas tablas de senos, muy precisas y escritas en la numeración arábiga. Estas tablas eran mucho más más abreviadas que las usuales, que se expresaban en números romanos.

El segundo libro de matemáticas que se imprimió fue la Aritmética de Treviso (1478), un libro de Aritmética en el que se explicaban la numeración indo arábiga, las operaciones aritméticas y la resolución de problemas de ecuaciones con estos números. Prueba del interés de esta nueva Aritmética es que una de las obras cumbre de las matemáticas universal, los Elementos de Euclides, fue publicado en 1482, cuatro años más tarde.

La Física que se conocía era la de Aristóteles que estaba más cerca de la Metafísica que de la nueva orientación que apuntaba hacia la Ciencia Moderna, pero obras matemáticas de relevancia, como la de Arquímedes, tardaron un siglo en verse en letras de molde.  Desde la Edad Media se conocían los muchos de los inventos de Arquímedes, pero las matemáticas del sabio de Siracusa eran desconocidas. No obstante, desde finales del siglo XV, las obras matemáticas de Arquímedes circulaban manuscritas y muchos historiadores de la ciencia han coincidido en afirmar que fue el siglo XVI en el que, gracias a la imprenta, se difundió la obra de Arquímedes.

Pero no fue hasta 1544, cuando apareció en Basilea la primera edición del conjunto de las obras de Arquímedes, impresa , en griego y en latín,  Las fuentes de la edición impresa de las Obras de Arquímedes fueron un manuscrito de Constantinopla del siglo IX, que fue traducida  al latín en 1269 por G. de Moerbeke (1215-1286)y revisada por Jacobo de Cremona en 1450. La obra de Arquimedes era compleja y pasó pormuchas manos antes de su impresión. La versión latina que llegó a la imprenta se basaba en una revisión del manuscrito que Johann Müller (Regiomontano) (1436-1476) elaboró a partir del de Jacobo de Cremona.

En esta década se imprimieron una serie de libros que marcarían el saber Renacentista y la renovación de los saberes medievales hacia la ciencia moderna. Libros de Algebra, Astronomía Biología y Medicina, basados en la nueva orientación de la Aritmética, el nuevo rumbo de la Astronomía y en la nueva visión de las Ciencias de la Naturaleza. Las matemáticas ocuparon un lugar importante en el estudio de las ciencias, sobre todo  en la interpretación de la Física, y la observación y la experimentación fueron herramientas decisivas. A continuación, damos una muestra de una serie de libros de importancia transcendental para la ciencia

En 1542, en Botánica, el libro del médico alemán Leonhart Fuchs (1501-¿?)  publicó el libro titulado De historia stirpium commentarii insignes (1542), en la que describió unas quinientas plantas poniendo el énfasis en los aspectos farmacológicos y sus indicaciones terapéuticas. Un aspecto particular de esta obra fue que, además, describía también especies sin propiedades curativas, lo que contribuyó de forma decisiva a convertir la botánica en una disciplina más amplia e independiente de la medicina. La obra se erigió como un auténtico hito en la Historia Natural del Renacimiento. Fue una de las obras botánicas más prestigiosas del humanismo científico.

Asimismo, Fuchs prestó especial atención a la morfología de las plantas para lo que aportó unas ilustraciones primorosas atendiendo al carácter didáctico de las mismas. Representó en la misma imagen de una planta flores y frutos para facilitar a los estudiosos su identificación. Además, aportó el primer glosario o léxico botánico, que contribuyó a estandarizar la terminología botánica de las distintas partes de las plantas

Los criterios  que utilizó para clasificar o reconocer las especies no se basaban en   los órganos reproductores o de fructificación, sino en la apariencia general de las flores, su olor, color, tamaño de las hojas y otras características. En su honor se bautizó con el nombre de fucsia a una planta ornamental americana, de flores con un predominio del color rojo oscuro. Y luego se llamó fucsia a un colorante, de una tonalidad similar a la de las flores de la planta.

En 1543, Andreas Vesalio (1514-1564) escribió De humani corporis fabrica (1543) (Sobre la estructura del cuerpo humano), que fue el primer tratado moderno de Anatomía y uno de los libros más influyentes sobre anatomía humana. Vesalio estudió Medicina en las Universidades de Lovaina y Paris y Padua. En ésta se doctoró en  1537 y fue nombrado profesor de cirugía con el encargo de explicar cirugía y anatomía.  Vesalio rompió con el método didáctico medieval (los cirujanos no tenían la categoría de los médicos Galénicos, que no tocaban cadáveres) y durante las explicaciones prácticas junto con las explicaciones teóricas realizaba el mismo las disecciones mostrando el mismo al auditorio de la sala de sisección   la parte a la que la explicación se refería. Además, completaba su explicaciones con dibujos para dar claridad a los punto que en el  cadáver era difícil observar.  Para publicar su obra con la mayor precisión y belleza parece ser que marcho a Venecia para encargar sis dibujos y grabados al taller de Tiziano y sefue con las tablas de los mismos a Basilea donde imprimió la obra. El prestigio adquirido con la publicación de la obra hizo que el Emperador Carlos V lo nombró su médico personal y, después de la abdicación del Emperador en 1556, fue médico de la corte de Felipe II en Madrid.

En 1543 se imprimió la obra de Nicolás Copérnico (1473-1543), De revolutionibus orbium coelestium (Las revoluciones de las esferas celestes) (1543) en la que sostenía que el Sol era el centro del Universo y que la Tierra y el resto de los planetas giraban a su alrededor. Aunque en su modelo todavía suponía que los planetas se movían en órbitas circulares y que, para describir su movimiento tenía que seguir utilizando epiciclos y deferentes como en la astronomía de Ptolomeo el modelo copernicano ganó terreno al sistema geocéntrico de Ptolomeo, porque eran más sencillo los cálculos y ecplicaba más cosas.

El modelo copernicano fue algo más que un simple cambio de punto de vista o de sistema de referencia como diría en la física actual. Supuso una dura batalla en la lucha del conocimiento humano para liberarse del principio de autoridad. Con la nueva visión copernicana el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, abandonaba el centro del universo y pasaba a deambular errante por el espacio como el resto de los planetas. Estas consideraciones chocaban contra la literalidad del relato bíblico y fue condenado por la iglesia.  Aún hoy hablar de un giro republicano significa dar un giro radical.

En 1545, G. Cardano (1501-1576) publicó Ars Magna (1545) obra que recogía la situación  en que estaba la teoría resolución de las ecuaciones algebraicas a mediados de siglo XV. Cardano recoge en su obra las aportaciones de los árabes   las de  S. del Ferro (1465-1526) y  N. Tartaglia (1501-1557) para resolver las ecuaciones de tercer grado y las de su ayudante L. Ferrari (1522-1565) para resolver las ecuaciones de  cuarto grado.  Cardano, con su obra sistemática y rigurosa y con sus originales apreciaciones sobre la resolución de ecuaciones, apuntó líneas de investigación que llevaron a descubrimientos fundamentales. Inició el estudio de las re­laciones entre las raíces y los coeficientes de una ecuación algebraica. Y, aunque los coeficientes de la ecuaciones siempre consideró que  ern positivos, aceptó como soluciones los valores negativos y opinaba que no deberían excluirse del todo las raíces cuadradas de los números negativos. Por  este camino apuntó hacia al descubrimiento de que las ecuaciones cúbicas tenían tres raíces y cuartas con cuatro (apuntando al Teorema Fundamental del Algebra).  Asimismo, abrió el camino para el estudio de nuevos números  entre otros al estudio de los números complejos que seguirían algunos matemáticos como  R. Bombelli (1526-1572).

En 1544-45 aparecieron las obras de Michael Stifel (1487 – 1567)  Arithmetica Integra (1544) y Deutsche Arithmetica (1545).  Stifel fue un fraile alemán, profesor de matemáticas en la Universidad de Jena, brillante matemático y uno de los primeros seguidores de Martin Lutero (1483-1546).  Descubrió los logaritmos y su utilidad en los cálculos aritméticos e inventó una original de tabla de logaritmos antes que John Napier (1550-1617).

Stifel escribió Arithmetica integra en latín, pero su siguiente publicación Deutsche arithmetica (1545) fue escrita en alemán para difundir su aritmética fuera de las universidades. La Arithmetica integra.  Consta de tres libros, el primero de los cuales trata de teoría de números, especialmente estudió  los números triangulares El segundo libro está dedicado a la teoría de Euclides de los números irracionales, y  tercero  al Almucabala o Regla del álgebra, denominada en esa época s  Regla de la cosa e incluso Regla del coss o Arte Mayor con el fin de  diferenciar de la Aritmética el cálculo con letras y números para buscar el valor de la incógnita. La Aritmética era considerada un arte menor.

Para Stifel los números negativos eran absurdos y los llamó ficticios, porque aparecen cuando los números reales (números concretos, resultados de contar o medir) se restan de la nada. En este libro Stifel resuelve ecuaciones cúbicas y cuárticas usando métodos de Cardano, pero aconsejaba que al lector que use su notación en lugar de la utilizada en Ars Magna de Cardano.

La notación de Stifel no era una notación simbólica perfecta, pero eraes superior a la de Cardano. Era una notación sincopada, más evolucionada que la del italiano, pero aún quedaba un recorrido hasta alcanzar el simbolismo de F. Vieta (1540-1603) o R. Descartes (1596-1650).

En 1553, M. Servet (1509-1553), teólogo, médico y anatomista publicó una obra de carácter teológico en plena controversia entre la Reforma Protestante y la Contrarreforma representada por el Concilio de Trento. La obra fue “Christianismo restitutio” (1553), este tratado, publicado en 1553, se sabe que fue escrito antes de 1546 porque Servet le envió a Calvino, una primera versión del mismo.  Curiosamente, el libro de teología pasaría a la posteridad por contener en su Libro V la primera exposición de la función de la circulación pulmonar. La sangre era transmitida desde corazón a los pulmones en los que retomaba el color rojo, porque se liberaba de los vapores fuliginosos y volvía al corazón.  Servet sostenía que el alma era una emanación de la Divinidad y que tenía como sede a la sangre.  Gracias a la sangre, el alma podía ejercer su influencia por todo el cuerpo. Por este carácter teológico de la función del alma es natural que este descubrimiento de la circulación pulmonar esté dentro de una obra de teología y no de una de fisiología.

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