Lo que conocemos como revolución copernicana fue un proceso que se fue fraguando desde la tradición escolástica que arrancó en el siglo XII, con las traducciones al latín y a otras lenguas romances el Almagesto, así como las obras de otros astrónomos menores que aportaban sus comentarios y sus soluciones matemáticas al movimiento de los planetas. Pero hubo algunas cuestiones que tuvieron importancia decisiva.
En primer lugar, en el copernicanismo tuvieron una gran importancia, como herramienta de carácter metodológico, las discusiones escolásticas de las universidades medievales sobre la física aristotélica, que contribuyeron a afinar la lógica y la retórica, a fomentar la imaginación creativa de los investigadores, a ver como algo natural investigar nuevas hipótesis y estudiar las diferentes posibilidades de una cuestión y, sobre todo, a oponerse al principio de autoridad en la ciencia. Las discusiones contribuyeron a establecer una metodología que contribuyó a separar la ciencia, y en particular a la astronomía, de la autoridad de los principios religiosos.
En segundo lugar, en algunas tendencias del saber escolástico los siglos XIII-XIV apareció con fuerza el método inductivo, representado, entre otros, por R. Grosseteste (1175-1253), que, empapado por la ciencia aristotélica, escribió dos comentarios a la Física y a los Analíticos Posteriores del estagirita, y varios opúsculos sobre temas de ciencia experimental en los que mantenía el conocimiento científico debía partir de datos sensoriales. Esta postura, evidentemente, contribuyó a que se tuviera que analizar una astronomía matemática, como la ptolemaica, en la que poco importaba que las figuras geométricas empleadas para estudiar la posición de los planetas describieran o no el movimiento real de los astros con tal salvaran las apariencias. Importaba poco, para alcanzar mayor precisión en las observaciones añadir un epiciclo imaginario, sacado de la manga de un astrónomo. Igualmente, Roger Bacon (1220-1292), desarrolló el método inductivo e hizo hincapié en el valor de la ciencia experimental, a la que propuso como alternativa a la dialéctica abstracta de la escolástica.
Debemos señalar que, tanto Grosseteste como Bacon, eran monjes franciscanos y que tenían una cosmovisión creyente, próxima a la de su contemporáneo Tomás de Aquino (1224 – 1274) y que, por consiguiente, la ciencia y todo el pensamiento estaba influida por principios teológicos.
En tercer lugar destacaremos como recibieron la herencia clásica los astrónomos renacentistas, los cuales recibieron, junto con el Almagesto, la herencia variada y confusa de multitud de variantes matemáticas de los distintos métodos geométricos que habían aparecido y habían sido utilizados en la astronomía a los largo de doce siglos. Era la aportación escrita de numerosos astrónomos árabes y de algunos astrónomos europeos que habían adoptado y criticado el sistema de Ptolomeo. Con tal aportación de sistemas astronómicos en el siglo XV los que se llegó a sentir que había varios sistemas ptolemaicos caracterizados unicamente por una tierra fija e inmóvil con estrellas y planetas girando a su alrededor.
No resultó ser un problema menor, la enorme cantidad de mediciones astronómicas realizadas habían sido recogidas por observadores poco cuidadosos o eran copias de observaciones certeras mal transcritas y eran inservibles a lo largo de los trece siglos desde Ptolomeo. El resultado era que, en siglo XV, se llegó a sospechar que ningún sistema geocéntrico era capaz de enmarcar todos los datos observacionales y que se necesitaba encontrar una explicación a tales anomalías. Algunos astrónomos, como G. von Peuerbach (1423-1461) y su discípulo Johann Müller (Regiomontano) (1436-1476), comenzaron a realizar observaciones astronómicas precisas y a discutir las teorías establecidas. Peuerbach fue constructor de instrumentos científicos como la vara de Jacob y uno de los primeros precursores en Europa del heliocentrismo.
El problema de encajar los datos de observación en un sistema astronómico era un problema matemático, que debía resolverse en la astronomía clásica manteniendo la hipótesis platónica de que el movimiento de los planetas debía ser una composición de movimientos circulares. Los astrónomos empezaron a reconocer que era una cuestión que no se podía resolver desde el geocentrismo. Pero para eso había que justificar el movimiento de la Tierra, es decir, abordar un problema de estructura del universo, que suponía, romper con la cosmología aristotélica y con la cosmología medieval.
Señalaremos además durante los siglos XV, XVI se dan una serie de acontecimientos políticos, sociales, económicos y religiosos que hicieron que en el occidente cristiano comenzara una nueva era llena de enormes aportaciones.
El crecimiento del comercio entre las naciones mediterráneas, la exploración de nuevas rutas comerciales hacia oriente, que permitiría la llegada de los españoles a América. Este florecimiento económico y las necesidades de la navegación impulsaron el estudio a fondo de materias como la geografía, astronomía, cartografía, construcción de relojes, etc. Igualmente hubo unos acontecimiento sociales de enorme relevancia tales como la invención en 1445 de la imprenta por J. Gutenberg, la toma Constantinopla por los turcos 1453, el descubrimiento de América en 1492; La ruptura de la iglesia y los príncipes y ciudadanos del Imperio Germánico a partir de las 95 tesis de Wittenberg de M. Lutero (1483-1546) en1517; Carlos V de Alemania (I de España) proclamado emperador del Sacro Imperio de 1520 a 1558, surgen los estados modernos, deja de ser válida la imagen medieval de la cristiandad regida por el emperador y el Papa,
En ese ambiente apareció la obra que se ha considerado como el momento crítico del nacimiento de la ciencia moderna: la publicación del libro de Copérnico De revolutionibus orbium coelestium, libro en el que se proponía una nueva imagen del universo, en el que la Tierra dejaba de ser el centro inmóvil para convertirse en un planeta que giraba alrededor del sol. Esta nueva imagen, complementada por la obra de otros autores como Kepler y Galileo, va a ir minando poco a poco la cosmovisión clásica y la propia filosofía medieval y creando la nueva ciencia.
